El mundo es diferente, África ha cambiado,
para muchos hombres y mujeres su historia personal se ha simplificado por
existir un personaje llamado Nelson Mandela. El dolor, el sufrimiento, la
injusticia provocaron en él un cambio interior que significó la liberación de
una nación, de unas ideas, de una concepción del hombre. La libertad interior
es un arte de la que gozaba Maniba. Su corazón funcionaba desacompasado al
ritmo de la dureza que le rodeó, de la angustia que podría haberle pesado. El
numero 466/64 que la “suerte” le adjudicó como preso, podría haber supuesto el
suicido; sin embargo esos 27 años de cárcel se han traducido en una sonrisa
permanente, en ser portador de una bandera blanca que no pone condiciones, en
una señal de que la libertad nadie nos la puede quitar. Lo expresó en una
entrevista: “yo amaba mucho mi libertad, pero amaba más la
vuestra”.
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