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viernes, 11 de marzo de 2011

Contra de la Vanguardia. Paz Torrabadella

Acabo de leer esta entrevista que me parece buenísima.

Coleccionamos excusas para sentirnos infelices"


La felicidad como objetivo funciona mal. Toda vida tiene una dosis de sufrimiento ineludible como la frustración, la enfermedad y la muerte. Decirle a un niño que tiene como objetivo ser feliz es estafarle.

¿Entonces, qué hay que decirle?

Que la felicidad sucederá, pero que no es la norma. Lo cabal es saber y aceptar el sufrimiento inevitable (porque mucho sufrimiento procede de no aceptarlo), y evitar al máximo el innecesario. Estamos siempre coleccionando excusas para ser infelices.

Sí, qué estupidez.

Todo el sufrimiento inútil que padece el género humano, y que es mucho, procede de la estupidez emocional: falta de empatía, intolerancia a la frustración, crítica gratuita indiscriminada, victimismo, autodesprecio, envidia, compulsión, obstinación, agresividad, adicción a la infelicidad...

¿La estupidez engendra todas esas cosas y se alimenta de ellas?

Sí, pero una vez la detectas y reconoces, puedes prevenirla. Lo primero que hay que saber es que nadie está exento de ella, todos cometemos estupideces alguna vez.

Bien, mensaje recibido.

La estupidez es muy común. Como sociedad la vemos en las guerras o en la destrucción del planeta; en la familia, cuando nos atacamos psicológicamente o somos poco empáticos, y eso lo veo mucho en terapia de pareja: uno se queja del otro, cuando con pensar en el otro todo se solucionaría.

¿El estúpido se sabe estúpido?

Por naturaleza la estupidez se blinda, el estúpido emocional se especializa en criticar, ve la estupidez ajena y se concentra en ella: es más cómodo. Son personas rígidas en su pensamiento que se mueven en dicotomías del tipo bueno-malo, y muy susceptibles.

¿La estupidez aumenta con la práctica?

Sí. Para justificar una estupidez se suele incurrir en otra, y es muy contagiosa.



¿?

Si respondo a un bocinazo (una estupidez, porque está generando un sentimiento negativo), me estoy contagiando de su estupidez.

Entiendo.

La única manera de no contagiarse es reconociéndola. Debería existir la asignatura de estupidología, porque dedicamos muy poca energía a un fenómeno que condiciona nuestras vidas y sociedades.

No me parece una idea descabellada.

La estupidez es irracional como la crítica gratuita. Yo diría que tanto critica una persona a los ausentes, tanto está instaurada en la estupidez. Y hay grandes mentes muy estúpidas que siembran a su alrededor sentimientos negativos innecesarios.



¿Cómo detectarla?

Cuando causamos o padecemos un sufrimiento inútil. Por ejemplo, el hombre o la mujer que ante una separación utiliza a sus hijos en contra del otro haciendo sufrir a todo el mundo. Semejante estupidez hay que reconocerla y evitar entrar en una escala de estupideces.



Deme claves.

La conciencia de los propios sentimientos, darse un espacio para observar los pensamientos, porque si soy consciente de cómo me siento puedo controlar.

El autocontrol es difícil.

Una gran herramienta es compartir, poder poner en común temas personales con otros. Es impactante ver como terceros pueden intuirte y darte buenos consejos. Somos mucho más transparentes de lo que creemos, lo que pasa es que nos han enseñado a desoír esa inteligencia intuitiva, lástima, porque todo eso que no se dice es más importante que lo que se dice.

¿El autoengaño es la mayor estupidez?

Sí, y contra eso sólo podemos autoeducarnos día tras día. Albert Ellis, creador de la terapia racional emotiva, decía que todo el sufrimiento humano procedía de las ideas irracionales que no son más que exigencias: “Los demás tienen que comprenderme...”.

Pero la cosa funciona al revés...

Exacto, para los demás nuestros problemas son de una levedad inconmensurable. Hasta que aceptamos esto, nos vamos neurotizando cada vez más.

Solemos ser víctimas de nuestra propia manera de pensar.

Sí, nos tomamos muy en serio. Además, nuestra colección de excusas para sufrir se retroalimentan. La verdadera causa de la perpetuación de cada discurso es que se obtiene algo de él aunque sea insatisfactorio, por ejemplo: que las cosas me vayan mal me permite seguir quejándome.

Hablemos de la paradoja: si persigues el sombrero, él insiste en irse volando.

Así son las relaciones humanas: es nuestra pretensión la que genera el problema. Nuestra propia insistencia genera la reacción contraria. Pero la paradoja es la base del humor, y la estrategia más inteligente y airosa de superar una forma de relacionarse estúpida es el sentido del humor.

¿Se le ocurre cómo cultivarlo?

Estando con personas que lo tienen, porque el sentido del humor es un deporte de dos.

Hay quien teme pasar por estúpido.

Tolerar algo no significa que nos parezca bien, sino sencillamente que sabemos que sucede y mientras sucede no lo negamos.

¿Qué pregunta debo hacerme a diario?

Cuánto hay en mi vida que estorba o enmaraña: pensamientos, costumbres, ruido. Alexander Lowen decía que la felicidad es la conciencia de la propia mejora.



Paz Torrabadella

jueves, 10 de marzo de 2011

Fernando Alonso y los 110 Km

Fernando Alonso, nuestro gran campeón, ha comentado del peligro de dormirse al volante al circular a 110Km. Las personas que conducimos mucho podemos llegar a comprobar la realidad de sus palabras, ya que a la rutina de ir a esa velocidad se une el peligro añadido de estar continuamente mirando el velocímetro. Antes había un margen de 10 Km por hora y se podía estar más pendiente de las señales o de posibles imprevistos. Saber que con 101 km la multa es elevada me parece que disminuye la capacidad de atención a la carretera para fijarla el la aguja del salpicadero

martes, 1 de marzo de 2011

110 Km.es

Reacción racional


En Alemania se circula a la velocidad que cada conductor tiene a bien. España que siempre va sobrada de “y yo más”:Yo prohíbo más, yo legislo más tonterías, yo digo que aquí no fuma ni dios. Porque yo soy yo y tengo el poder y por eso mando lo que me place, pues pá eso me han elegido casi dos millones de inocentes que no se esperaban ni por asomo lo que se les venía encima.

¿Estamos contra las normas? Personalmente creo que unas cuantas son necesarias para la buena convivencia, para vivir con un mínimo de seguridad… pero las leyes decretadas al tuntún, las que van contra la dignidad de la persona, las que no tienen sentido, las que buscan llenar los bolsillos de los políticos, ¡no! Ante estos decretos propongo la reacción racional del no a lo irracional. Dónde hoy dicen 110 mañana dirán 130 si así les conviene. Y lo mismo ocurre con otros temas más graves.

Chimenea para meditar

Chimenea para meditar
Esta foto la hice para vosotr@s

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