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martes, 25 de septiembre de 2012

El perro labrador

Es fuerte la presión que sufrimos personalmente y con frecuencia imponemos a nuestros hijos por ser los mejores, por alcanzar la medalla, por no quedar los segundos. Por contraste al regresar del trabajo observo cada día, cómo un perro labrador precioso conduce a un invidente por las calles y consigue que esa persona pueda tener, dentro de sus limitaciones, una vida más fácil. ¿Es el perro labrador el mejor? Es inteligente, dócil, de una gran ayuda en los rescates, es fácil de adiestrar y sin embargo nunca legará el primero en una carrera si hubiera un galgo o quizá sea de menos utilidad que un san Bernardo en la nieve. Llego a la conclusión que cada uno tenemos nuestro papel en la vida y que da igual ser el décimo de diez si con ello hemos cumplido con nuestras posibilidades y no nos dejamos frustrar con constantes comparaciones de habilidad, talento, posición o instrucción

Un poco más de educación


Voy al mercado y una atenta y desconocida dependienta me saluda: ¡hola cariño! En la peluquería la amble jovencilla de 18 años me pregunta: ¿qué quieres hacerte? Oigo a unos chiquillos que dirigiéndose a una persona que les triplica la edad espetan: ¡eh tía! Esperando el autobús oigo una breve conversación en la que a cada palabra siguen dos tacos. Quizá sea la edad, pero no deja de causarme estupor la poca educación que impera en nuestras calles.

Enseñanza

He estudiado en institutos mixtos en Sabadell y en Tarragona además de asistir a colegios únicamente de chicas cuándo era niña en Zaragoza y San Sebastian. La experiencia personal y familiar me lleva a adoptar la preferencia por ambas enseñanzas dependiendo de la edad. Disfruté en la universidad de Barcelona con el ambiente que tuvimos, pero también me sentí muy bien cuándo llevábamos coletas estudiando solo con chiquillas. Pienso que los padres somos los únicos responsables de decidir qué tipo de educación es el adecuado para cada hijo, como decidimos cada día que comida les daremos o en que ciudad viviremos . Por otro lado veo injusto tener que pagar dos veces por la educación. No olvidemos que la enseñanza publica se pagan con nuestros impuestos. Quizá la solución va por otra via.

Chimenea para meditar

Chimenea para meditar
Esta foto la hice para vosotr@s

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