Diversos
concursos y programas de televisión premian por ser la/el más guap@, otros por
ser el/la más cotill@, los hay que pagan por gritar o por censurar, mentir o
atentar contra el buen nombre de los demás y un desgraciado suma y sigue. ¿Qué
tal si proponemos actitudes diferentes pero más estimulantes para nuestra
dignidad o con reconocimiento de valores que valgan la pena? Verbigracia:
Primer premio: a los que son capaces de tener hijos y sacarlos adelante con
naturalidad y sin aspavientos; o premio a los pequeños gestos que nos hacen más
grata la vida cotidiana, como aparcar el coche dejando espacio para los demás,
no empujar en el metro o autobús. También aspirarían a un galardón los vecinos
solidarios que tantas veces suplen, con pequeños favores, a la familia; a los
ciudadanos anónimos que cada sonríen al conductor del autobús; así como los
camioneros y taxistas que esperan un segundo para adelantar sin creerse que
tienen un derecho natural para ello solo porque a veces son asiduos de la
carretera. Propondría un accésit a los que no se cuelan en las colas, a los
abuelos que siguen al pie del cañón para mantener a los nietos. Espero que no
quedaría desierto el laurel destinado a los que no han robado en su trabajo o a
los que no se han aprovechado de su cargo o posición para colocar a sus amigos
y familiares.
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