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martes, 23 de octubre de 2012

Percibo hambre


La necesidad, que no la virtud, nos obliga a reciclar. Artefactos aparentemente inútiles y convenientemente rescatados evitan aumentar el ritmo indeseado de un progresivo deterioro de la naturaleza. Pero y al hombre ¿Quién le recicla? ¿No funcionamos en ocasiones como bombillas fundidas, como columnas torcidas o pájaros sin alas? ¿No es el ser humano como un barco a la deriva, como un perro sin amo? Sin embargo nada en la naturaleza es más valioso. Me dirijo a quién me quiera escuchar:¡ Vamos a reciclarnos! Vamos a retomar con nuestro actuar, lo que de valioso hay en cada uno. Percibo hambre no solo de pan, sino de cariño; percibo no solo pobreza, sino hastío de bienestar material; percibo desdicha cuando podríamos ser y dar algo más profundo; percibo tristeza cuando no resultaría tan difícil la sonrisa; percibo vacío interior por no querer reconocer un más allá que colmaría nuestras ansias espirituales.


Concurso de televisión


Diversos concursos y programas de televisión premian por ser la/el más guap@, otros por ser el/la más cotill@, los hay que pagan por gritar o por censurar, mentir o atentar contra el buen nombre de los demás y un desgraciado suma y sigue. ¿Qué tal si proponemos actitudes diferentes pero más estimulantes para nuestra dignidad o con reconocimiento de valores que valgan la pena? Verbigracia: Primer premio: a los que son capaces de tener hijos y sacarlos adelante con naturalidad y sin aspavientos; o premio a los pequeños gestos que nos hacen más grata la vida cotidiana, como aparcar el coche dejando espacio para los demás, no empujar en el metro o autobús. También aspirarían a un galardón los vecinos solidarios que tantas veces suplen, con pequeños favores, a la familia; a los ciudadanos anónimos que cada sonríen al conductor del autobús; así como los camioneros y taxistas que esperan un segundo para adelantar sin creerse que tienen un derecho natural para ello solo porque a veces son asiduos de la carretera. Propondría un accésit a los que no se cuelan en las colas, a los abuelos que siguen al pie del cañón para mantener a los nietos. Espero que no quedaría desierto el laurel destinado a los que no han robado en su trabajo o a los que no se han aprovechado de su cargo o posición para colocar a sus amigos y familiares.





Chimenea para meditar

Chimenea para meditar
Esta foto la hice para vosotr@s

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