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viernes, 21 de mayo de 2010

Leopoldo Abadía vuelve a sorprendernos con sus ideas

Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".


Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?" Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "¡y a mí, ¿qué me importa?!" Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.


Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.


Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.


Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial

3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización
Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales,.Lo que por ahí se llama "buena gente".
Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)


Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos.En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.
Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas-
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.


Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.
P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.

domingo, 16 de mayo de 2010

Recortes de ZP


Hemos tocado fondo. Todos lo sabíamos, lo vivíamos y lo comprobábamos cada día. Únicamente andaban algo despistados los que tienen la obligación, voluntariamente asumida, de gobernar. ¿Qué hacemos ahora? Me gustaría decirle a ZP que pise la tierra, que descienda de esa nube en la que no es consciente de lo que nos pasa a los ciudadanos.
¿Por qué es incapaz de reconocer algunas propuestas de sus adversarios políticos si pueden tener razón? ¿No es capaz de entender que en momentos de hambre, y la hay en muchas familias, sobran ministerios y urgen ciertas medidas? Evidentemente la mejor no es bajar el sueldo a funcionarios o pensionistas que a duras penas ya llegaban a fin de mes. ¿Qué tal un recorte de escoltas, de viajecitos al extranjero, de comilonas, de gastos inútiles como los que comportaría en hablar mas idiomas en el senado ? ¿Es el mejor momento para poner ordenadores a cada alumno gratuitamente?
Son pequeños detalles, pero habría que empezar a distinguir lo que en momentos de necesidad es importante y lo que es accesorio.

martes, 4 de mayo de 2010

Carta a un político


¿Eres consciente de cómo llevas tu existencia? o quizá la vida te está llevando a ti. ¿Estarán orgullosos tus niet@s de tu aportación al mundo, cuando ya tu vida no se resuelva entre micrófonos?. Tu mism@ , en el ocaso de tu carrera, cuándo hagas balance, podrás decir que has sido una persona digna de admirar, honrada, querida por sus cualidades o respetada? Los demás, ¿estarán orgullos@s de haberte conocido o preferirán ignorar que hubo un tiempo en que vuestros caminos se cruzaron? Es posible que ni leas esto ni te interese pensarlo, pero no dudes que llegará el momento en el que recogerás lo que has sembrado: amor o quizá odio, trabajo bien hecho o peleas de gallos, ideales nobles o chabacanería desvergonzada. ¡Ánimo, nunca es tarde para recomenzar!

Chimenea para meditar

Chimenea para meditar
Esta foto la hice para vosotr@s

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